Desde la paridad del 3 a 1, aumentó la exportación y también la pobreza. El poder de turno disfruta de una economía que lo favorece, en desmedro del resto y de las generaciones venideras. Su consigna actual es echar a la gente de sus chacras y reemplazarlos por pinos. Los conflictos por la tenencia se multiplican. El Estado se favorece con las retenciones a la exportaciones y media a favor de las grandes propiedades.
La cantidad de pinos, implantados en Misiones, es directamente proporcional al aumento de su pobreza, a la degradación del suelo y de su biodiversidad y a la disminución del agua de su subsuelo y superficie.
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